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El atractivo millonario de los eSports: ¿podrían empeorar un problema existente?
Fortnite Champ

El atractivo millonario de los eSports: ¿podrían empeorar un problema existente?

El pasado fin de semana, nada menos que en el estadio Arthur Ashe de Flusing Meadows en Nueva York, fue celebrada la final de la Copa Mundial Fortnite, un evento que atrajo a más 40 millones de jugadores de todas las nacionales con el objetivo de convertirse en uno de los 100 finalistas que se disputarían un pool de 30 millones de dólares en premios a ser repartidos en la final. 



Sí. Han leído bien. 30 millones de dólares en premios para ser repartidos entre los mejores jugadores de Fortnite, un juego que desde su salida al mercado ha acaparado titulares por numerosas razones, desde lo adictivo que es hasta el tema crossplay y las enormes ganancias generadas a través de un modelo freemium que ha causado dolores de cabeza a más de uno. 

Los últimos titulares acaparados por Fortnite tienen que ver con el jugoso pool de dinero reservado para la final de la copa mundial del juego, que, como ya saben, fue disputada del 26 al 28 de julio. De los 30 millones reservados 3 millones iban destinados al ganador del primer lugar. Lo mínimo que podría ganar uno de los 100 finalistas era 50,000 dólares, una cantidad de dinero que quizás no luzca tan impresionante pero que en realidad cualquiera ya quisiera tener en sus bolsillos. 

Pues bien, pasado el evento, ya se sabe quien fue el ganador, y de paso el agraciado con el premio mayor de 3 millones de dólares: Kyle Giersdorf, de 16 años, nativo de Pennsylvania, Estados Unidos. Similar a como le pasó al dominicano Saúl Mena cuando ganó la Copa Capcom en 2017, Giersdorf es ahora millonario, aún después de las consabidas deducciones impositivas, que en el caso de Nueva York no perdonan. 

3 millones de dólares, independientemente de cuánto se lleven los recaudadores de impuestos, es mucho dinero, y es tan solo el reflejo de una realidad que cada día se hace más evidente: de un tiempo a esta parte los premios millonarios en torneos de eSports se han vuelto la norma, dándose en ocasiones una competencia a ver cual organización ofrece más. A modo de ejemplo, el venidero DOTA 2 superará a Fortnite al destinar más de US$30 millones en premios.

El dilema de esos premios millonarios

Los videojuegos requieren de pasión, paciencia y destreza a partes iguales. Es un arte que combina estrategia, puntería, toma de decisiones y otras habilidades que resultan útiles en la vida. Destacar como gamer profesional implica horas de práctica, y eso lleva a una pregunta incómoda: ¿a qué costo se triunfa en el mundo de los eSports? A modo de ejemplo, el ganador de la final de la Copa Mundial de Fortnite juega de 8 a 10 horas por día.

8 ó 10 horas de Fortnite al día podrá parecer mucho tiempo, pero es poco cuando en entrevistas a jugadores destacados hay quienes dicen jugar hasta 14 horas al día en fines de semana, reduciendo el tiempo a 8 ó 9 en días de semana. Otros dicen dedicarle entre 10 y 12 horas diarias.

La final de la Copa Mundial Fortnite atrajo gran público (© JOHANNES EISELE/AFP/Getty Images)

El tema de los videojuegos siempre ha sido motivo de controversia porque existe la creencia arraigada de que crean alguna adicción y en consecuencia se descuidan otras cosas, como los estudios, las relaciones familiares y hasta la salud. El problema quizás se agrava cuando esa “adicción” al videojuego genera ganancias millonarias, se hace difícil criticar la práctica, al menos a lo interno del círculo directo del agraciado.

¿Son realmente adictivos los videojuegos? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pueden llegar a serlos, y se trataría de un trastorno mental. Fuera de esta realidad, se han dado casos de jugadores que mueren tras muchas horas en esa actividad, a veces con fines benéficos, otras veces por destacar en  sus comunidades, donde los canales especializados de streaming continuo son la norma.

¿Exacerban el problema de adicción a los videojuegos los torneos de eSports? El hecho de que ofrecen premios tan jugosos podría ser un factor, al punto de que hay quienes en serio consideran dedicar todo su tiempo y recursos a dominar un vidoejuego en particular para así tener oportunidad real de competir y -obvio- ganar en torneos especializados. Ustedes, ¿qué opinan?

¿Es saludable dedicar prácticamente todo un día a estar sentado frente a una pantalla jugando? ¿Debería haber algún marco regulatorio que vele por la salud física y mental de estas estrellas del videojuego? ¿Cómo se logra un equilibrio saludable? Son muchas las interrogantes que genera este tema, y las respuestas no son del todo sencillas o lineales. 



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AUTORA

ROCIO DIAZ

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