El refrán de cambiar oro por espejitos viene a la mente con la locura desatada por DeepSeek: la gente, atraída por lo accesible y barata que es esta IA, no dudó en bajarla y probarla, echando a un lado, aún sea momentáneamente, a propuestas ya establecidas y probadas.
Ahora se dice que no solo DeepSeek podría estar mandando datos e información a China, sino que podría ser un troyano, y todos sabemos el riesgo que eso implica.
Otro factor que estaría impulsando la adopción masiva de DeepSeek es la rebeldía de un público cansado de cuestiones geopolíticas, avivado por el reciente caso TikTok, pero esa impulsividad podría salir cara.
Cuando algo es tan barato y tan bueno que parece mentira, vale preguntarse cuál es el costo real de eso que se presenta como disruptivo y accesible.
Al final del día, la privacidad en este mundo hiperconectado es una ilusión, y todo el mundo almacena datos y los comparte con terceros, y eso incluye gobiernos. Algunos lo hacen descaradamente, otros lo hacen con más discreción y bajo un manto de honorabilidad.
Si bien esta es la clase de mundo en que vivimos, hay que tener cuidado con soluciones perfectas que aparentemente salen de la nada y pone en entredicho la narrativa establecida
Es lo más parecido a aquello de dejar camino real por vereda, otro refrán ate es sumamente conocido.
