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Invisibilidad: un concepto perfectamente realista

Invisibilidad: un concepto perfectamente realista

Hemos visto el fenómeno en las películas de Harry Potter y en actos de magia: objetos que de un momento a otro desaparecen, sin dejar rastro aparente alguno. Sabemos que en ambos casos se trata de una mera ilusión óptica, ya sea lograda con efectos especiales típicos de Hollywood o con técnicas fundamentadas en el arte de la prestidigitación. Sin embargo, en el mundo físico real, el fenómeno de la invisibilidad es perfectamente posible sin estas ayudas, y ahora la Universidad de Duke ha desarrollado una capa que logra el objetivo casi a la perfección.

¿Cómo se logra este asunto de la invisibilidad? Aún cuando no se requieran efectos especiales por vía de la tecnología o trucos basados en sombras y luces, debemos estar conscientes de una cosa: lo invisible es efectivamente una ilusión óptica, una que tiene que ver con la refracción de la luz.

La Universidad de Duke lleva varios años estudiando los principios de la refracción de la luz, el comportamiento de las ondas de luz y otras cuestiones relacionadas. En 2006 anunciaron cierto éxito con una capa que si bien no era perfecta acercaba el concepto a una realidad tangible. En aquel momento dos elementos hicieron posible el avance:

  1. Metamateriales, compuestos artificiales usados en electromagnetismo y que obtienen sus propiedades materiales electromagnéticas por su estructura y no por los elementos de que están compuestos. La invisibilidad se hace posible por la habilidad de los metamateriales de transformar el espacio de manera tal que la luz sencillamente fluye a través del objeto.
  2. Las propiedades de las ondas de luz, que fueron trabajadas con los principios de ondas electromagnéticas de James Clerk Maxwell.
© Duke University

© Duke University

Ahora en 2012 ambos elementos siguen presentes, pero hubo un cambio en el patrón de la capa que al final hizo la diferencia. En el modelo original los metamateriales fueron colocados de manera paralela y perpendicular, unidos por cobre, formando un entramado que tenía vacíos o puntos ciegos en cada intersección. Estos vacíos reflejaban levemente el objeto que se trataba de hacer invisible, lo que reducía la efectividad del mecanismo. Para reducir estos reflejos se probó con un patrón en forma de diamante, de tal forma que cada esquina coincidiera con su imagen especular.

Los científicos de Duke advierten que una capa de invisibilidad como tal todavía dista mucho de ser una realidad, pues este mecanismo solo funciona en una dirección. De todas formas, queda comprobado que es posible lograr el efecto, y ese es el objetivo por el momento. A largo plazo, estos avances en invisibilidad tienen aplicaciones en los más diversos campos, desde seguridad hasta medicina y comunicaciones inalámbricas.

 

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AUTORA

ROCIO DIAZ

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