¿Es más verde el pasto al otro lado? Para gente como Alexander Wang, hasta hace poco CEO de Scale AI, la respuesta es afirmativa. También lo es para Jiahui Yu, Shuchao Bi, Shengjia Zhao and Hongyu Ren.
¿Qué tienen en común estas cinco personas? Que todas han pasado a formar parte del equipo de superinteligencia que Meta, bajo el mando de Mark Zuckerberg, ha estado conformando en estos días como parte de su esfuerzo por dominar en el escenario de la IA.
Si bien Meta ha estado avanzando en sus objetivos de IA, jamás se compara lo logrado con el formidable liderazgo de OpenAI en esta industria, sobre todo cuando Llama 4, su más reciente modelo de lenguaje, ha sido una experiencia decepcionante.
Zuckerberg, ya sea por estar a la moda, por desesperación o porque realmente quiere hacer las cosas bien -poco probable esto último-, ha decidido que la mejor manera de enfrentar el reto es acaparando talento ajeno, y es así como las cinco personas mencionadas al principio llegan hasta Meta.
¿Es esta una acción ilegal? No. ¿Poco ética? Totalmente, sobre todo por la forma descarada e indelicada en que Zuckerberg y su gente lo han hecho, pues han ofrecido sumas millonarias (hasta US$100 millones) y otros atractivos solo por firmar con Meta.
En el caso de Scale AI, no solo su fundador y CEO abandonó para irse a Meta, sino que la compañía de Zuckerberg tiene ahora una participación de 49% tras invertir US$14 mil millones en Scale AI, llevando su valuación a US$29 mil millones.Para referencia, el año pasado Scale AI, dedicada al etiquetado de datos para entrenamiento, estaba valuada en US$14 mil millones.
Como era de esperarse, los de OpenAI no han reaccionado bien al robo de talentos perpetrado por Meta.El primero en dar indicios de inconformidad fue Mark Chen, jefe de investigación, quien aseguró en un memo que se están dando los pasos para recalibrar la compañía y retener su personal.
Hoy fue Sam Altman, CEO de OpenAI, quien se pronunció al respecto, indicando que Meta se está manejando de manera desagradable y augurando que los esfuerzos de Zuckerberg no perdurarán en el tiempo porque no se trata únicamente de montarse en una ola, sino de comprometerse a una causa,
Esa causa es el desarrollo de inteligencia artificial general, conocida como AGI o Superinteligencia, y es algo con lo que OpenAI y Altman están muy comprometidos desde el día uno. De hecho, afirmó que el empeño es desarrollar esto de la manera correcta, procediendo a insinuar que en Meta son mercenarios.
Siendo el caso que Zuckerberg es uno de los personajes más viles e indeseables en Silicon Valley, protagonista de numerosos escándalos que rayan en la sordidez, esto a nadie debe sorprender
La verdadera ironía de este caso, sin embargo, es que esta guerra por el dominio en la IA está actualmente concentrada en un talento humano que será eventualmente tragado y sustituido por la misma tecnología que están ayudando a desarrollar. Cruel, ¿no es así?