Facebook, según se deduce de las palabras de su fundador y CEO Mark Zuckerberg a propósito de la conferencia anual de desarrolladores F8, parece finalmente mostrar algún arrepentimiento por el sistemático abuso de confianza al que han sido sometido sus millones de usuarios desde que la plataforma comenzó operaciones en 2004.
Luego de un año intenso de críticas y cuestionamientos, donde no faltó una crisis interna que al día de hoy sigue presente, los de Facebook, encabezados por su jefe supremo, reconocen que el futuro se mueve hacia la privacidad, y con esa idea en mente han aprovechado el inicio de F8 para dar una idea de cómo se vería esto aplicado a los múltiples productos se Facebook, entre los que se encuentran WhatsApp, Instagram, Messenger y Oculus (para los amantes de la realidad virtual).
Podría acreditarse el anunciado cambio de dirección de Facebook al escándalo Cambridge Analytica y los múltiples palos recibidos a posteriori por el mismo tema, pero no nos dejemos engañar tan fácil: para Facebook la data siempre será el elemento clave para generar dinero y seguir dominando en el ámbito social de la tecnología, y la muestra de ello es que los cambios y novedades anunciadas en este primer día de F8 tan solo buscan seguir enganchando gente a la plataforma, a costa de su información personal.
Veamos uno de los casos más evidentes: el controversial servicio de citas Facebook Dating, anunciado en el F8 del año pasado y aun no disponible en Estados Unidos (cualquiera se preguntaría por qué), pronto estrenará una función de “amor secreto” que requerirá -obviamente- de data de las partes involucradas. Bajo este esquema la plataforma permite al usuario expresar su “interés” por 9 amistades. Si una de estas lo elige como “amor secreto”, su identidad quedará revelada. Qué romántico, ¿no?
En su afán por conectar a más personas de la manera que sea, Facebook está apostando a una integración más profunda de sus servicios. Es así como WhatsApp llega ahora a Portal, la bocina inteligente -también controversial- que hizo su debut el año pasado, con la promesa de llamadas codificadas de principio a fin. De igual forma, siguiendo los pasos de WhatsApp, Messenger también tendrá su versión de escritorio. ¿Nos volveremos locos con tantos canales de comunicación? Solo el tiempo dirá.
Una movida sorpresiva, que por igual implica data, es la decisión de Instagram empezar a probar de manera oficial y pública la eliminación de la cantidad de “me gusta” que reciben las publicaciones en esa plataforma. Canadá es el mercado elegido para la prueba, pautada a arrancar esta misma semana. ¿Se pondrán a llorar los influencers? Es muy posible que sí, pero entonces hubo otro anuncio que parece llevar las cosas en la dirección contraria: creadores e influencers ahora podrán vender directamente a quienes miran sus publicaciones y Stories a través de la magia de los tags.
Lo de Instagram parece una contradicción, pero entonces va al consonante con un análisis que indica la era del influencer está llegando a su fin para dar paso a los “slackers”, gente relajada que no cree en marcas y que no tiene afán de sacar provecho monetario a todo y, sobre todo, que no irradia el falso y manufacturado optimismo que tan común resulta en una plataforma como Instagram.
Otros anuncios de Facebook en F8 apuntan a un Messenger más ligero, un rediseño de la app de Facebook que se aleja del newsfeed para dar mayor peso a eventos e historias y nuevos equipos Oculus que resultan más ligeros y menos costosos (399 para Quest y Rift, ambos pautados a lanzarse el 21 de mayo).
Se hace evidente con estos cambios y anuncios que la data sigue siendo algo primordial para Facebook, sin que se vean muchos pasos hacia la privacidad prometida. La triste realidad, independientemente del manejo poco ético de esta y otras compañías, es que la privacidad hace mucho dejó de existir y es responsabilidad nuestra no dejar que las redes sociales nos arropen del todo en ese sentido.
