No hay nada más atractivo en el mundo que un servicio gratuito, siendo esta una de las razones del éxito detrás de las redes sociales.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando tenemos un problema?
Desafortunadamente, lo barato, sale caro, y las redes sociales son la mejor muestra de ello.
Todo en redes sociales y servicios gratuitos en general se resuelve llenando un formulario online o enviando un correo. No hay un número al que llamar o alguien con quien chatear.
Muchos inconvenientes derivan de esta forma pasiva de servicio al cliente. Así, por ejemplo, cuando te hackean la cuenta, lo más probable es que la pierdas. Nadie te ayuda directamente, y hay ocasiones (muchas) en las que esa soluciones automáticas no logran NADA.
Varias personas que han visto sus cuentas de Facebook hackeadas y deshabilitadas por terceros han vivido esta experiencia. Hay quejas respecto a los procesos automatizados, que no siempre permiten avanzar, y de la falta de ayuda real.
Tan desesperante es la situación que algunos, llevándose de consejos en foros, han optado por comprar un Oculus Rift (precio: 399 dólares) y proveer su número de serie. Por poco probable que parezca, esto permite dar con una persona real.
Siendo el caso que Facebook y demás no son en verdad servicios “gratuitos”, sino que pagamos por ellos con nuestra data -a la cual se le saca un provecho grosero-, debería haber mejor respuesta a este nivel.