Alegando que OpenAI ha mejorado considerablemente su gobernanza, Microsoft renunció esta semana a su asiento en la junta directiva de esa empresa
Hay un largo historial de vínculos entre OpenAI y Microsoft, siendo esta último uno de los principales factores de impulso a los desarrollos de la primera gracias a una inversión estimada en 13 mil millones de dólares.
Microsoft llegó a ocupar un asiento en la junta directiva de OpenAI a finales del año pasado, a propósito de la lucha de poder que resultó en el sorpresivo despido de Sam Altman, quien fue reinstaurado a los 3 días en el mismo cargo de CEO.
Con Altman de regreso, y como forma de enmendar la engorrosa situación suscitada, los miembros de la junta directiva que participaron en su despido fueron removidos.
En este grupo de encontraba Ilya Sutskever, quien renunció de OpenAI en mayo de este año, procediendo a fundar su propia startup, Safe Superintelligence, una especie de contrapeso a OpenAI.
El rol de Microsoft en la junta directiva de OpenAI se limitaba al de observador
Pese al alegato de Microsoft, todo indica que la verdadera razón de esta renuncia a su asiento en la junta directiva de OpenAI obedece a que hay un fuerte escrutinio sobre el pacto entre ambas compañías dentro y fuera de Estados Unidos.
Desde junio, la Comisión Federal de Comercio (FTC) y el Departamento de Justicia de Estados Unidos han iniciado las movidas de lugar para investigar posibles violaciones antimonopolio en el escenario de la inteligencia artificial de parte de Microsoft, OpenAI y Nvidia.
A estos esfuerzos de las autoridades estadounidenses se unen las autoridades regulatorias de la Unión Europea y de Gran Bretaña.
Bajo las actuales circunstancias, no es de extrañar que Apple haya desistido de unirse a la junta directiva de OpenAI a finales de este año, donde habría tenido igualmente un rol de observador.