Estando el mercado en plena madurez, con números que ponen a los inversionistas de mal humor y a los analistas a aventurar escenarios pesimistas, tal parece que los fabricantes de smartphones llevan una carrera a ver cual presenta más modelos en este 2018.
La carrera, de la que se pueden excluir a Apple y Google por haberse limitado cada una un solo lanzamiento, va más allá de cantidad y variedad de modelos al introducir una serie de características exageradas que cinco años atrás eran quizás inimaginables en un smartphone.
Es así como Samsung y Huawei, por poner un ejemplo, compiten a ver cual ofrece la mayor cantidad de cámaras en un smartphone, siempre con la posibilidad de que venga otro jugador, ya se trate de Nokia o LG, a trancarles el juego -aun sea momentáneamente- con algo aun más exagerado y quizás no del todo necesario.
2018 ha sido el año en que varios parámetros se han roto en el tema de smartphones. Al tiempo que el mercado se muestra en declive la cantidad de lanzamientos, sobre todo en el fin de año, ha sido inusitada. La cantidad de tendencias vistas también se sale de normal: pantallas “infinity” o de borde a borde coexisten con notches que en ocasiones son innecesarios, cámaras multilentes, biometría incorporada de forma ingeniosa e inteligencia artificial más allá de la cámara.
El mercado en declive no solo ha llevado a Apple a concentrarse más en servicios y a Samsung a concentrarse más en los modelos de media gama tras reportar ventas menores a las esperadas en sus líneas estrellas, sino que ha llevado la creatividad a otro nivel: ahora de lo que se habla para 2019 y más allá es de pantallas flexibles y equipos híbridos como la FlexPai de Royole y el prototipo flexible presentado a oscuras por Samsung hace unas semanas.
¿Son las pantallas flexibles algo que en realidad queramos? Es posible que no lo necesitemos, pero podemos estar seguros de que estas compañías, en un intento por revivir y mantener el mercado a flote, buscarán la manera de convencernos. Lo que no será tan fácil es hacernos pagar los 1,700 o más dólares que se rumorea costarán estos equipos cuando salgan a la venta. El precio es una de las grandes paradojas en el actual mercado de smartphones: está en baja, pero los equipos -al menos en el caso de gama alta, son cada vez más caros.
Muestra de que el mercado lleva un comportamiento atípico es la cantidad de lanzamientos aun pendientes antes de que finalice diciembre, un mes que típicamente es inactivo: ya ayer salió el Galaxy A8s de Samsung con pantalla Infinity-O en atención al notch circular, otra tendencia que amenaza con dominar en 2019. Para el 17, si las condiciones lo permiten, Huawei planea presentar Nova 4 con la misma característica, y para el 26 Honor presentará View 20 en China. Antes de ellos ya se han visto propuestas de Vivo, Oppo, OnePlus y otros fabricantes menos conocidos.
Son tantos los smartphones disponibles en el mercado que ya el usuario no encuentra hacia donde mirar, porque además de la variedad de marcas muchos ofrecen un paquete de especificaciones y diseño que vale la pena. Elegir es realmente una cuestión de gustos, preferencias y capacidad del bolsillo. La gran pregunta que surge de este bombardeo es: ¿qué pasará con toda esa basura electrónica que se está generando? Veremos una crisis de seguir las cosas como van.