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Nuestra información en Facebook y Twitter vale oro
Big Data

Nuestra información en Facebook y Twitter vale oro

Aunque queramos convencernos de lo contrario, cada rastro de información que dejamos en las redes sociales, ya sea una “insignificante” actualización en Facebook o una queja compartida a través de Twitter, tiene un valor intrínseco equivalente al oro para esas compañías que se dedican al análisis de mercados y a la publicidad.

No es ninguna coincidencia que la principal fuente de ingresos de Facebook sea la publicidad, y una buena parte de esa publicidad, aunque no quiera verse así, obedece precisamente al constante flujo de información que proveen sus más de 700 millones de usuarios.

No es tampoco ninguna coincidencia que en diciembre pasado Etsy se haya aprovechado de Facebook para sugerir regalos en base a los likes de sus clientes en esa red social. Cero coincidencia en ambos casos. Si se analiza bien, hace bastante sentido que las compañías busquen la forma de aprovecharse de la mina de oro que representa toda esa información, que vista de manera individual quizás no aparente la gran cosa, pero en en conjunto la historia es muy diferente.

Por mucho que la gente patalee con relación a la supuesta violación de privacidad que hacen sitios como Facebook y Twitter, pataleo que ahora se ha extendido a aplicaciones que de manera explícita piden “permiso” a quien las va a instalar para tener acceso a sus datos privados e interacciones con sus conocidos, hay una realidad irrefutable: nuestra información vale oro, y es un asunto de perspectivas.

Quizás un comentario en Facebook o en Twitter acerca de lo impuntual que es la gente no aparente tener mucho valor. Sin embargo, aquellas personas o compañías que hacen un segumiento cuidadoso de todo lo que se publica por ahí, y que hace un análisis en base a lo observado, pudiera notar que ese comentario no es exclusivo de una sola persona, sino que en un período de tiempo x varios cientos o miles de personas expresan algo similar. Por solo poner un ejemplo, alguien observa eso y le da la idea de que una aplicación para controlar la puntualidad pudiera ser efectiva y, ¡voilà!, al cabo de un tiempo aparece una solución de ese tipo, seguido de exclamaciones de gente agradecida diciendo “¿por qué no pensé yo en eso antes?”

El de arriba es solo un ejemplo. Cada vez que actualizamos el estatus, que decimos que estamos en tal sitio haciendo tal cosa, que vimos tal programa o que viajamos por tal línea aérea estamos dando información sumamente valiosa a quienes hacen campañas de publicidad, propaganda y análisis de mercado.

Es como si estuvieramos dando un acceso gratuito y sin límites a nuestras mentes, y justo eso se propone hacer DataSift ahora que ha logrado un acuerdo con Twitter mediante el cual va a poder escudriñar los millones de tweets que se hicieron en esa red social de 2010 a esta parte.

DataSift, que no puede tener el nombre mejor puesto, pues se traduce literalmente como “escudriñar datos”, es una compañía que ofrece la plataforma y herramientas necesarias para dar seguimiento y analizar grandes volúmenes de data que andan sueltos en las redes sociales. Siendo este el caso, no sorprende que haya buscado la forma de aprovechar la mina de oro que esconde Twitter entre todos esos tweets, y aunque los que abogan por privacidad se han quejado de esta operación, la tendencia es a que este tipo de explotación siga creciendo.

Si usted no quiere que le bombardeen con publicidad personalizada o que sus datos estén regados por ahí, entonces limite su participación en las redes sociales. Por ahora esa parece ser la solución a ese caso.

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AUTORA

ROCIO DIAZ

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