Ventas estancadas, poca diferenciación a nivel de diseño y una dura competencia de parte de fabricantes chinos emergentes definen la situación actual del mercado de smartphones.
Esta combinación de factores, unida al hecho de que ya no se ven largas filas para comprar el último modelo de iPhone, que Samsung ha decidido variar la estrategia para darle más calor a la gama media y que Apple ha preferido centrarse en el tema de servicios más que en las ventas de dispositivos, indican algo que ya se sospechaba: el mercado de smartphones está en baja.
Desde un punto de vista individual, y por aquello de que los smartphones se han convertido en una pieza esencial del diario vivir, sería fácil poner en duda la versión de que el mercado está en baja. A lo sumo, siguiendo esa línea de pensamiento, ha cambiado para acomodarse a un público que exige más a cambio de su dinero, explicándose de paso el por qué estamos inundados de opciones baratas procedentes de China que resultan ser una imitación de modelos de alta gama de reconocidos fabricantes.
Desde que empezó el año se habla de que el mercado de smartphones ya alcanzó su pico
La baja a la que se hace referencia al hablar de smartphones es parte de un ciclo natural que tan solo indica que el mercado ha entrado en etapa de madurez, y esta es una situación que conlleva a cambios a nivel de estrategia, producción, enfoque y hasta de presentación. Bajo estas circunstancias, por ejemplo, quizás no haga sentido introducir nuevos equipos cada 6 meses o hacer eventos multitudinarios para los fines. Hay asimismo consecuencias que se reflejan en ganancias, crecimiento y otras variables de índole financiera.
Desde hace aproximadamente dos años el mercado de smartphones viene dando indicios de madurez por el lado de innovaciones incrementales que se concentran más en la parte interna que en la externa, pues a este nivel parecería que ya todo está hecho: pantallas supernítidas y amplias para acomodar contenido multimedia cada vez más abundante, cámaras que rivalizan con opciones semiprofesionales y hasta profesionales, integración de biometría y estructuras imposiblemente delgadas y livianas que a la vez son potentes.
¿Qué otra innovación real puede hacerse en smartphones, que resulte visible y funcional a la vez? Se había planteado la idea de la modularidad, y aunque resultó popular entre el público consumidor de estos aparatos, a nivel de fabricantes, por un tema de capitalismo y mercado, la misma fracasó. Ahora, finalizando 2018, llega una luz que quizás pocos esperaban: pantallas flexibles que permitirían equipos multiformato que pueden doblarse para comodidad del usuario en uso y transporte.
Mucha expectativa rodea la propuesta flexible de Samsung
El concepto de teléfonos flexibles lleva al menos 6 años rondando en los más variados escenarios tecnológicos, pero fue ahora, finalizando 2018, que Samsung -quizás su principal proponente- logró dominar el tema de pantallas que efectivamente permitirían esa flexibilidad sin daños permanentes a la estructura y de una manera que resultaría lógica y funcional para fines de implementación.
Curiosamente no ha sido Samsung el primero en presentar un smartphone flexible ya terminado y listo para venderse: este honor le corresponde a la startup californiana Royole y su dispositivo FlexPai, que debutó la semana pasada en China. Empujados por esta hazaña, y quizás por el hecho de que el mercado realmente está en baja, Samsung redobló sus esfuerzos y en el primer día de su conferencia de desarrolladores -que finaliza hoy- ofreció un vistazo al smartphone flexible que lleva años prometiendo.
El dispositivo de Samsung aun no tiene nombre, pero ya se sabe que su elemento clave es una pantalla Infinity Flex que requirió de la creación de nuevos materiales y mecanismos parar lograr un acabado flexible y duradero a la vez.
Similar a la propuesta de Royole, este equipo ofrece la posibilidad de usarse como tableta o smartphone según las necesidades o preferencias del momento, integrando multitasking de tres aplicaciones y prometiendo transición fluida entre formatos. La principal diferencia con FlexPai es que la propuesta de Samsung tiene dos pantallas: una principal de 7.3 pulgadas y una externa de 4.5 pulgadas.
El hecho de que Huawei y LG estarían desarrollando sus propias versiones de smartphones flexibles, y que hasta Apple se uniría a la tendencia en 2020, tan solo sugiere que por ahí puede venir una revitalización del mercado. Habría que ver si el tema de la flexibilidad lograr superar el factor “wow” y ofrecer funcionalidad real al usuario, porque eso es lo que se busca al final del día.
