Aparte de escuchar música o quizás leer algún periódico de manera medio furtiva o sostener alguna conversación telefónica, digital o presencial, ¿qué más puede hacerse en medio de un tapón?
Es posible que quien esté leyendo esto añada “echar maldiciones” o “quejarse de los malos conductores” a la lista, pero en realidad ambas actividades no aportan mucho más allá del desahogo momentáneo y pueden incluso causar algún malestar dependiendo de la magnitud de la ira experimentada.
No hay forma de ponerlo bonito: los tapones son una desgracia, un fenómeno mundial que se explica por una combinación de factores donde el crecimiento poblacional lleva la delantera junto con la tendencia de dejar el campo por la ciudad, mayor poder adquisitivo generalizado y mayores facilidades por parte de bancos y agencias.
El resultado de estos elementos en conjunto los sufrimos a diario al salir a nuestros trabajos, centros de estudio o cualquier otro lugar, con el agravante de que el problema, antes que mejorar, empeorará, aun cuando visionarios como Elon Musk se empeñan en buscar soluciones bajo tierra o va tomando vuelo la idea de taxis voladores.
Muchos proyectos pretenden combatir el fenómeno de los tapones -exacerbado por demás por malos conductores- y si bien ya Musk empezó a excavar sus túneles y compañías como Lilium ya completaron su primer vuelo de prueba con miras a ofrecer un servicio tipo Uber en el aire, la triste realidad es que aun falta mucho para una aplicación concreta de estas ideas con resultados igualmente concretos.
En lo que llega el momento de probar nuevas alternativas la humanidad pierde tiempo valioso en tapones que generan pérdidas financieras, que trastornan el ritmo de la ciudad, que impactan negativamente la productividad y que generan por demás amargura y desesperación. En medio de este panorama tétrico, sin embargo, hay oportunidades, y Burger King ha identificado una bastante grande con ayuda de la tecnología.
Hace unos días, específicamente en Ciudad México, que continuamente encabeza las listas de las peores condiciones de tráfico, Burger King empezó a probar un servicio de entrega de hamburgesas a conductores hambrientos en pleno tapón, aprovechando para ello data en tiempo real y la API de Google Maps, un recurso vital para fines de ubicación del vehículo y determinar la velocidad a la que se mueve.
Podrá parecer una locura, pero esta iniciativa de Burger King, llamada “Taffic Jam Whopper”, sacó una sonrisa a más de un conductor desesperado durante la prueba realizada en Ciudad México. Toda la experiencia se complementa con paneles interactivos que invitan a los conductores a pedir su comida en base al tiempo estimado de duración del tapón, con actualizaciones en tiempo real que avisaban de la inminente entrega. Algo totalmente dinámico, interactivo e inesperado.
Tan exitosa fue la prueba de Traffic Jam Whopper que Burger King pronto llevará el servicio a São Paulo (Brasil), Shanghai (China) y Los Angeles (Estados Unidos), tres de las ciudades más congestionadas del mundo. Si el conductor se encuentra en una zona de entregas podrá hacer su pedido a través de un comando de voz, mecanismo que evita una multa por uso indebido del teléfono.
¿Llegará la Traffic Jam Whopper de Burger King a Santo Domingo? Siendo el caso que el tránsito está cada día peor, y que la franquicia está instalada aquí, no sería algo descabellado.