¿Tienes gatos? Entonces lo más probable es que hayas compartido fotos y vídeos del felino a través de las redes sociales, contribuyendo así a los 15 millones de imágenes disponibles en la red marcadas bajo esta categoría. No hay nada de malo en ello: los gatos son bonitos, ocurrentes, y mucha gente los aprecia en todo el mundo. Aún cuando se trata de una diversión inofensiva que aparentemente no hace daño ni expone información sensible del usuario, Owen Mundy, profesor de arte de la Universidad Estatal de la Florida, demuestra lo contrario con su proyecto I Know Where Your Cat Lives, que literalmente traduce a “sé donde vive tu gato”.
El prospecto, que pone en evidencia la falta de privacidad que vivimos en estos tiempos, es uno que quizás pocos imaginan. La línea de pensamiento habitual es la siguiente: si solo comparto fotos del gato, con un mínimo de información básica, ¿cómo es que alguien por ahí puede inferir su ubicación exacta en el mundo? Aunque un pensamiento válido, la mayoría de la gente ignora o se olvida de que las fotografías digitales incluyen una metadata que normalmente contiene información acerca del dispositivo, la exposición usada y las coordenadas geográficas de ubicación, asumiendo que el equipo funcione con GPS o tecnología similar.
Del peligro de publicar fotos familiares, sobre todo de los niños, se ha hablado extensamente. Lo mismo con fotos comprometedoras y el riesgo que supone compartir todo lo que hacemos a través de servicios como Twitter o Facebook. Sin embargo, hasta ahora, nadie lo había enfocado por el lado de fotos de mascotas, específicamente gatos, que son tan populares que se han convertido en el símbolo no oficial de la Internet. La triste realidad es que cada cosa que hacemos pública nos resta privacidad, y eso es algo que todavía mucha gente no entiende del todo.
I Know Where Your Cat Lives es básicamente un mapa digital que rastrea un millón de fotografías públicas de gatos con la ayuda de las APIs de servicios como Flickr, Twitpic e Instagram. En base a la metadata provista por cada imagen se presenta el punto donde viven los gatos con una precisión estimada de 7.8 metros por el hecho de que los gatos se mueven y no necesariamente las fotos han sido tomadas en sus hogares.
Owen Mundy y su equipo aclaran que no conocen la ubicación exacta de ningún gato ni les interesa. Más bien el proyecto lo que quiere es llamar la atención sobre cómo subir fotos de gatos a las redes sociales pueden potencialmente afectar la privacidad del usuario por vía de la metadata. Si de casualidad se encuentra con su gato al explorar el website del proyecto y desea remover su foto, el procedimiento es sencillo: ajustar los niveles de privacidad, con efecto dentro de los próximos 30 días.
Para costear los servidores, Mundy y su equipo hicieron una pequeña campaña de crowdfunding en Kickstarter que finaliza este sábado 9 de agosto. De la meta inicial de 2,500 dólares han recaudado al momento de este escrito 3,267 dólares con la ayuda de 122 personas.