A más de una persona le ha pasado que entra a su cuenta Instagram y se topa en el feed con una serie de publicaciones de cuentas que no reconoce pero que, oh sorpresa, está siguiendo, sin tener memoria de cuando o cómo ocurrió tal cosa.
¿Qué está pasando aquí? ¿Acaso fue hackeada la cuenta, o algo así?
Aunque se trata de una posibilidad bastante real, no siempre será esta la razón. A continuación, presentamos algunos esenarios que explicarían como es que terminamos “siguiendo” cuentas que no estaban en nuestro radar:
- Lo primero a tomar en cuenta es que este fenómeno es viejo y normalmente tiene que ver con aplicaciones vinculadas a la cuenta de Instagram. ¿Cómo así? Fácil: muchas veces vinculamos una aplicación a plataformas como Instagram o Facebook para hacer login por esa vía. Esto luce conveniente, pero a la vez que hacemos esto estamos dando acceso a esas aplicaciones de terceros a nuestra cuenta, y por ahí empiezan los problemas.
- También se da el caso de que esas cuentas que repentinamente estamos siguiendo en ocasiones emplean herramientas o servicios que prometen mutliplicar los seguidores en un dos por tres, siendo parte de la magia aprovechar los vínculos ya mencionados
- Por último, siempre existe la posibilidad de que al visitar páginas en la web se haga clic sobre algún link dudoso que descarga herramientas que habilitan el seguimiento automático de cuentas en sitios como Instagram o que ganan acceso a ciertas áreas o funcionalidades de la plataforma.
En el mundo actual, todos tenemos el potencial de convertirnos en bots sin siquiera saberlo. Basta con caer en la trampa de un link de dudosa procedencia o contaminado a propósito con malware para que tal situación ocurra. Asimismo, es importante recordar que hay grupos que se dedican a encontrar y explotar vulnerabilidades que resutan en este tipo de fenómenos y en otros peores.
Para evitar sustos o sorpresas desagradables, es importante seguir un conjunto de reglas simples pero a la vez tediosas: no repetor contraseñas, evitar la vinculación entre cuentas, tener la autenticación en dos pasos activada, cambiar con frecuencia las contraseñas, ignorar correos y/o links de dudosa procedencia y, sobre todo, no usar contraseñas fáciles de adivinar o demasiado obvias.
Cierto es que al final seguimos siendo vulnerables, pero llevarse de estos consejos reduce el potencial de terminar siendo víctimas de cualquier hackep o intento de hackeo.
