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#TwitterFiles pone en entredicho los criterios de moderación de contenidos en la plataforma
Twitter Censored

#TwitterFiles pone en entredicho los criterios de moderación de contenidos en la plataforma

¿Censura, precaución o, simplemente, el juego sucio de la política en acción?

Mucho se ha especulado acerca de Twitter y el intento de bloqueo en 2020 de una noticia que hacía referencia a Hunter Biden, hijo del actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien en ese entonces era un candidato presidencial.

La historia en cuestión, basada en información que se presume había sido extraída de una laptop propiedad de Hunter Biden, fue tratada en su momento como chisme malintencionado -con posible involucramiento de Rusia-, con la consecuecia de que pocos medios “serios” reportaron al respecto.

Un medio que sí decidió reportar la noticia en Estados Unidos fue el New York Post, periódico que se considera de estilo sensacionalista pese a su antigüedad, y el resultado fue un intento de censura en redes sociales que hasta el día de hoy se comenta.

De manera concreta, Twitter y Facebook tomaron la decisión de detener el avance de la noticia del New York Post bajo la suposición de que el material empleado, en el mejor de los casos, podría haber sido el resultado de un hackeo.

El hecho de que había gran incertidumbre respecto a la veracidad de lo revelado (hoy se sabe era todo cierto), y que además dejaba tanto a Hunter como a Joe Biden en muy mala situación, tan solo contribuyó a que en ambas plataformas se le diera el visto bueno a la decisión de poner un pare a la noticia

De estas dos plataformas, Twitter fue la más agresiva al invocar una política de distribución de materiales hackeados que de manera efectiva bloqueó la noticia del New York Post y, además, llevó a la suspensión temporal de la cuenta del periódico en Twitter.

El escándalo no se hizo esperar, y fue tal la presión que Twitter se vio obligada restaurar la cuenta del New York Post y modificar la referida política, indicándose que solo se tomarían acciones para impedir la circulación de datos hackeados por parte de hackers involucrados.

Todo esto ocurrió en octubre de 2020, un momento crítico en Estados Unidos por la cercanía de las elecciones presidenciales y donde las especulaciones estaban a tope.

Dos años después, ya finalizando 2022 y con Twitter bajo el mando de Elon Musk y su incesante campaña a favor de una libertad de expresión que amenaza con convertirse en libertinaje, ha venido la promesa de una bomba.

Días atrás, Musk dio a conocer la existencia de Twitter Files, un conjunto de archivos que parecerían demostrar que Twitter estaba haciendo censura activa  a petición de actores políticos.

Asimismo, los archivos amenazan con dejar al desnudo el alcance de la censura del caso Hunter Biden.

A través de la cuenta Twitter del periodista Matt Taibbi empezó el festival de tales documentos, generándose un gran debate en torno a la libertad de expresión, el rol de las redes sociales en regular su ejercicio y la validez de bloquear el paso a noticias de dudosa procedencia.

Por razones que no quedan del todo claras, la bomba prometida por Musk se ha ido diluyendo, pues la revelación de documentos no ha pasado de un primer hilo en la cuenta de Taibbi, publicado el pasado 2 de diciembre.

En otro hilo publicado por Taibbi el martes 6 de diciembre, se conoce parte del problema: una controversial figura -ya sacada de Twitter- y su involucramiento con el proceso.

La expectativa es que Bari Weiss, otra periodista contactada para dar a conocer los documentos, prosiga con la publicación de Twitter Files tras este breve incidente

Mientras esperamos, Jack Dorsey, ex CEO y fundador de Twitter, se suma a quienes piden a Musk sacar todo de una sola vez.

¿En qué parará esta nueva etapa de Twitter bajo Musk? No se sabe, pero una cosa queda clara: ninguna plataforma es tan transparente o limpia como quiere presentarse.

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AUTORA

ROCIO DIAZ

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