La propuesta de recarga inalámbrica es una que resulta atractiva a varios niveles: en primer lugar, menos cables y menos reguero, y por el otro se simplifica el proceso de cargar equipos de uso cotidiano como smartphones, tabletas y laptops.
Si bien es cierto que desde 2009 existe esta posibilidad para varios equipos móviles, incluyendo smartphones de reciente entrada como lo son Galaxy S9 de Samsung y la gama iPhone8/X de Apple, la recarga inalámbrica no ha llegado al punto de masificarse entre los usuarios, en parte porque depende de accesorios especiales que acarrean un costo adicional y eliminan la premisa de la simplicidad del proceso.
Wi-Charge, una startup de origen israelí, propone una solución más sencilla que depende de rayos infrarrojos para permitir la recarga de cualquier equipo de manera autónoma y automática con la única condición de que el dispositivo esté dentro de su línea de visión.
Se trata de una solución que ya ha sido aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos y que se diferencia de otras propuestas de recarga inalámbrica al depender de rayos infrarrojos -que caen en terreno de la FDA- y no de las tradicionales ondas de radio para Wi-Fi o Bluetooth, las cuales son del dominio de la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos (FCC) y usualmente implican el uso de grandes cantidades de energía.
El objetivo de Wi-Charge es que la gente pueda olvidarse de la tarea de cargar sus equipos al tener un flujo constante de carga que no se ve ni se siente ni mucho menos implica sacar almohadillas especiales o colocar el dispositivo en algún lugar específico.
La visión expuesta en el párrafo anterior es a largo plazo. Por ahora, y será realmente una cuestión de que fabricantes integren receptores directamente a smartphones, tabletas y demás, Wi-Charge enviará sus rayos de carga a estos dispositivos con ayuda de un dongle o cases especialmente diseñados para los fines.
Similar a Wi-Fi, Wi-Charge sigue un concepto de hotspots o puntos calientes de carga en lugares públicos y oficinas. La idea es dejar de depender de cables y enchufes -incluso de bancos de batería portátiles- y quitar un poco de presión a la constante preocupación de equipos que demandan de energía constante para cumplir su objetivo. En un futuro estos hotspots podrían estar integrados directamente a las luces en establecimientos para mayor facilidad.
Actualmente Wi-Charge está disponible en beta para candidatos que cumplan con sus requisitos. Más información aquí.