Clubhouse es la aplicación social del momento, pero, ¿qué tan segura es? ¿Qué tanto sabemos de su infraestructura y operaciones?
La respuesta es, nada. Clubhouse es algo tan nuevo, y su popularidad actual tan repentina e inesperada, que apenas cuenta con 12 empleados, un gran salto si consideramos que meses atrás eran solo 4.
Por el lado del usuario, se sabe, de momento, que supuestamente, nada queda grabado, y, de hecho, si alguien trata de grabar con la función de pantalla del teléfono sale un letrero advirtiendo sanciones si no se para la acción.
Por ese lado, parecería que Clubhouse tiene un gran énfasis en seguridad y privacidad, pero, ¿qué hay de la logística interna? Según indagó el Observatorio de Internet de Stanford (SIO), la infraestructura de backend de esta red social es provista por una compañía china llamada Agora, Inc.
Que haya un proveedor chino de por medio es suficiente para poner a muchos a dudar en cuestiones de seguridad y privacidad, pero la cosa se pone peor. Según los de Stanford, los identificadores numéricos de los miembros de Clubhouse (no sus nombres), así como los identificadores de los cuartos de conversación, son transmitidos a Agora en texto simple, y, por esta vía, podrían potencialmente tener a acceso a lo que allí se habla y también saber quién habla con quién.
Para el usuario consciente de su privacidad, esto podría ser una mala noticia, pero más lo es para usuarios en China, un mercado donde -adrede- Clubhouse no se hizo disponible, justamente por el tema de la privacidad.
Clubhouse, como ya mencionamos, nunca estuvo supuesta a estar disponible en China, y, sin embargo, hace unos días fue bloqueada en ese país. ¿Cómo pasó esto? Según explicaron los fundadores de la plataforma SIO, algunos usuarios en ese país le buscaron la vuelta, y, bajo el escenario descrito, potencialmente lo que hablaban en la plataforma podía caer en manos del gobierno por aquello de que las empresas chinas están obligadas a asistir cuando se les pide colaboración a ese nivel.
Agora, como era de esperarse, niega que tenga acceso o que almacene o distribuya metadata de usuarios finales. El único monitoreo realizado, según sus ejecutivos, es para fines de control de calidad del servicio y facturación. Para alivio de muchos, representantes de esta compañía aseguraron que el tráfico de audio o video de usuarios fuera de China nunca es enrutado a través de servidores chinos.
Aún con estas garantías, Clubhouse se ha comprometido a mejorar la codificación y otros elementos de seguridad para evitar que lleguen pings a China que pudieran desatar alguna forma de espionaje. Y, sí, todavía sigue bloqueada esta plataforma en ese país.