La programación, por vía del enfoque STEM (o STEAM, siendo estas las siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas), lleva algún tiempo de moda, manifestándose la tendencia en juguetes especializados, iniciativas orientadas específicamente a niñas, campamentos de verano como el realizado por INTEC el año pasado e institutos especializados como Nova Mentis, ubicado en Santo Domingo Este, República Dominicana.
El concepto STEM es uno que está intrínsecamente ligado a la robótica, siendo la programación el elemento clave que permite ejecutar el nivel de acrobacia o destreza contemplado en la fase de planificación y diseño del robot, sea este destinado al entretenimiento o a trabajos pesados de logística en un almacén.
La programación, lo mismo que el interés por los videojuegos, la fascinación por la ciencia o el conocimiento de las computadoras y tecnologías afines, es algo que suele cultivarse desde la niñez, y es por eso que la mayoría de las iniciativas STEM va orientadas a este grupo demográfico, extensivo a los adolescentes y universitarios.
¿Qué tiene que ver todo esto con DJI, un fabricante conocido por su excelente oferta de drones y cámaras variadas, como la reciente Osmo Action? Muy sencillo: que su más reciente producto, presentado ayer, es un tanque robotizado de guerra que tiene un componente educativo.
Obviamente estamos hablando de un juguete, pero no es un juguete cualquiera. De entrada estamos hablando de que este tanque, llamado RoboMaster S1 en honor a la competencia de la cual surgió su diseño y conceptualización, vale 499 dólares, por tanto no algo “barato” ni desechable. Lo segundo es que, aun cuando puede manejarse a través de una aplicación móvil, la idea es que el usuario programe sus movimientos (en Scratch 3.0 o Python) como mejor le plazca, entrando ahí el enfoque STEM con toda su fuerza.
Aunque a la clara se trata de un producto dirigido a niños, no se descarta que cualquier adulto entusiasta se compre uno. Después de todo, programar es solo una parte de la diversión, ya que en el universo DJI/RoboMaster hay un concepto de carreras y batallas que se complementa con la habilidad del tanque de disparar pequeñas balas de gelatina que pueden neutralizar al oponente dependiendo del lugar donde impacten. Estas balas son pequeñitas, pero crecen al entrar en contacto con el agua.
Por supuesto, tratándose de un producto de DJI que ofrece un acceso a tecnologías vanguardistas, el RoboMaster S1 integra cámara con apertura f2.4 y 120 grados de ángulo de visión. 31 sensores le permiten hacer un mapeo del entorno, mientras que un sistema de ruedas especiales le permiten movilidad de 360 grados. Control de gestos y reconocimiento de objetos son otras de sus funcionalidades.
Si la programación y el manejo por programación directa no son suficientes hay la opción de comprar un kit adicional que incluye controlador, batería extra y más balas de gelatina. A diferencia de RoboMaster S1, este todavía no está a la venta. Si te interesa este juguete, ya está disponible para los mercados de Estados Unidos, China y Japón.
