¿Alguna vez te has tomado un selfie y has quedado realmente conforme? Pese a lo popular del fenómeno, lograr una buena autofoto no es tan fácil como pudiera parecer, y por eso se han inventado palos, forros iluminados y otros aditamentos. Nixie, una especie de cámara personal voladora, promete cambiar las cosas.
A pesar de lo sencillo del concepto, describir a Nixie no es tan fácil porque combina una serie de elementos y tendencias en un solo dispositivo de carácter personal. Por un lado, es una cámara, diseñada para usarse en la muñeca, lo que significa que se trata de un wearable. Por el otro, se trata de un drone, ya que la idea es que Nixie tome las fotos desde el mejor ángulo posible, lo que implica la mayoría de las veces una distancia que va más allá de la longitud del brazo.
Aparte de ser drone y wearable, Nixie integra otra tendencia: control de gestos, similar a lo que se ha visto en prototipos como MYO. En este caso, el objetivo es que el usuario use sus gestos para indicar a Nixie cuándo regresar a su muñeca tras una sesión de fotos.
Nixie fue ideado por Christoph Kohstall, un investigador de Stanford, y Jelena Jovanovic, ex empleada de Google, inspirados en un evento familiar: no pudieron captar en imágenes los primeros pasos de su hija. La cámara-drone ha sido diseñada para ser resistente, ofreciendo de paso varios modos de funcionamiento. El modo descrito aquí se llama Boomerang, pero también Nixie puede seguir al usuario, documentando su paseo y actividades en fotos y video (modo “Follow-Me”).
Este peculiar dispositivo fue el ganador del reto “Make it Wearable” de Intel en noviembre pasado, recibiendo sus creadores un premio metálico de 500,000 dólares. Nixie, que toma imágenes y video en alta definición, aún no está a la venta. Interesados en detalles y disponibilidad pueden apuntarse con su correo electrónico aquí.
