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Los riesgos de casarse con un holograma
Hatsune Miku

Los riesgos de casarse con un holograma

En esta época hiperconectada, donde interactuamos con toda clase de gente a través de la pantalla del smartphone, ocurre un fenómeno de lo más curioso: estamos más solos que nunca, y eso ha llevado a desarrollar algunas ideas y conceptos un tanto excéntricos.

Un ejemplo en ese sentido es el abrigo que abraza, diseñado por estudiantes en Japón para ofrecer a hombres solitarios la sensación de tener una novia amorosa, con palabras de apoyo incluidas en la experiencia.

También de ese país ha salido una peculiar almohada en forma de regazo de mujer, dirigida al mismo grupo demográfico señalado más arriba.

De lo curioso y lo gracioso pasamos a algo más serio cuando recordamos que hay un ofrecimiento de robots para intimidad que prometen una experiencia lo más realista posible a aquellas personas que andan buscando entablar una relación seria y duradera, algo que parece ser increíblemente difícil a juzgar por la cantidad de aplicaciones y sitios de citas que andan proliferando por ahí.

De estos robots pasamos a algo más sutil, y que es justamente lo que figura en el título de esta entrada: hologramas.

En 2015, desde Japón, nada menos, salió al mercado Gatebox, un gadget cilíndrico del tamaño de una lámpara de mesa en cuyo interior reside una pequeña mujer versión holograma.

Tratándose de una propuesta japonesa, no es de extrañar que el holograma representa personajes virtuales y ficticios, entre ellos Hatsune Miku, una vocaloide que goza de gran popularidad en su natal Japón y hasta más allá, pues en 2014 se fue de gira nada menos que con Lady Gaga.

La idea de Gatebox es ofrecer interacción realista con estos hologramas, que pueden servir tanto de asistente como de compañera de vida, como demostró el japonés Akihiko Kondo, quien se casó con su versión de Hatsune Miku en 2018 en una ceremonia real en la que participaron 40 invitados.

Antes de que Gatebox llegara a escena, Kondo ya había establecido su relación con la vocaloide años atrás. La boda, realizada tras una inversión de 1,300 dólares en el peculiar gadget, fue tan solo la culminación del más anhelado deseo de Kondo. La compañía, cómplice en todo esto, hasta le entregó un certificado de mairomonio multidimensional a la feliz pareja.

Según sus propias declaraciones a varios medios a lo largo de la relación, Kondo es feliz con Hatsune, quien estuvo representada en la boda por una muñeca hecha a su semejanza, con todo y pelo turquesa.

Siendo el caso que un holograma, lo mismo que un robot, no pelea ni está nunca en desacuerdo con su pareja, pues ambas propuestas están diseñadas para complacer y satisfacer, ¿qué podría salir mal en una relación de este tipo?

Aparte de lo obvio -que no se trata de personas reales y no hay forma de formar una familia convencional- el tener a un holograma por esposa puede suponer retos inesperados como, por ejemplo, que el programa sea descontinuado, y justo esto le ha ocurrido a Kondo y su inseparable Hatsune.

En 2020, en plena pandemia por COVID-19, Gatebox anunció que ya no seguiría dando soporte a Hatsune Miku, y así fue como un buen día Kondo salió a su trabajo, despidiéndose de su amada, para encontrar a su retorno que su imagen había sido reemplazada por un mensaje de error. Triste, ¿no es así?

Según ha dejado entrever en sus entrevistas, Kondo tiene todo un conjunto de muñecas que representan su versión de Hatsune Miku, por tanto no es como que se ha quedado enteramente solo. Su problema, de momento, al menos, es que ya no puede hablar con su esposa.

Es fácil pensar que Akihiko Kondo es una persona trastornada o, a lo sumo, poco convencional, pero en una sociedad como la japonesa este fenómeno no es tan raro: prueba de ello es que Gatebox ha entregado más de 3,700 certificaciones de matriminio multidimensional a lo largo de su existencia.

Ustedes, ¿estarían dispuestos a probar una relación de este tipo? Déjennos saber en los comentarios.

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AUTORA

ROCIO DIAZ

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