En pleno 2019, pese al exhibicionismo presente en redes sociales y modas que explotan la sensualidad humana hasta llevarla al límite de lo vulgar, hablar de sexo resulta tabú en algunos ámbitos, siendo uno de ellos el tecnológico.
Siendo el caso que en el terreno tecnológico se han dado avances hacia robots orientados a la intimidad y que hay un creciente fenómeno de digisexualidad que ha resultado en casamientos con hologramas en sociedades tan extremas y solitarias (a nivel íntimo, al menos), como Japón, sorprende un poco la candidez con la que se a veces se pretende tratar el tema.
Este fenómeno se ha visto en varias ocasiones, sobre todo en lo que respecta a innovaciones propias del campo pornográfico -una actividad que tiene su principal sede justamente en Internet- y de juguetes, aplicaciones y dispositivos de última generación que tienen por objetivo proveer placer sexual a hombres y mujeres independientemente de si están en una relación o no. Hay inclusive herramientas diseñadas para esas parejas que por motivo de trabajo se encuentran frecuentemente a distancia, siendo la idea mantener viva la atracción.
¿Funcionan estas cosas? Solo quien ha usado estas soluciones tecnológicas alguna vez sabe si vale la pena la inversión, pero por algo van en aumento los ofrecimientos, conjuntamente con el nivel de escándalo y controversia que suelen generar. Debe recordarse además que el tema de fantasías y estímulos sexuales lleva años presente en la forma de muñecas inflables, interiores comestibles, accesorios para asumir roles específicos y vibradores. La tecnología en estos casos tan solo ofrece un extra que aumenta quizás su atractivo.
Dentro del tabú que representa el tema sexual en tecnología se han dado algunos escándalos memorables, siendo uno de los más recientes el de un producto llamado Osé que estaba supuesto a presentarse en CES 2019 y que al final fue prohibido por considerarse ofensivo y profano.
Osé es un dispositivo robótico manos libres orientado a brindar placer femenino libre de vibraciones. Este fue diseñado y desarrollado por un equipo casi enteramente femenino en Lora DiCarlo, una startup que claramente indica en su descripción a qué se dedica.
En los meses previos al CES, que siempre se lleva cabo en el mes de enero en Las Vegas, el dispositivo fue premiado por la Consumer Technology Association (CTA) -los organizadores del evento- en el renglón de innovación en robótica y drones. Hasta aquí, todo normal, pero entonces ocurrió algo que hasta el día de hoy resuena por los predios de Silicon Valley: la CTA rescindió el premio, y de paso prohibió la exhibición de Osé en CES 2019 bajo el alegato de que se trataba de algo obsceno, inmoral, indecente y profano.
Con toda razón la fundadora y CEO de Lora DiCarlo, Lora Haddock, denunció públicamente lo que considera un ultraje y una hipocresía, pues en CES históricamente se presentan tecnologías que van por la línea del placer sexual, entre ellas realidad virtual pornográfica y muñecas para intimidad, incluyendo a Solana en 2018. Para añadir insulto a la herida, Haddock comenta que en ocasiones estas innovaciones han sido premiadas.
¿Será el caso de Osé uno de discriminación de género como viene denunciando el equipo de Lora DiCarlo desde enero de este año? La tecnología suele ser un campo dominado por hombres, tanto que abundan los programas que buscan fomentar la participación de niñas, adolescentes y mujeres en TICs, programación y demás áreas afines. Pocas mujeres presiden grandes compañías de Silicon Valley y, en general, son escasos los proyectos de startups liderados por este grupo demográfico. Peor aun, escándalos de acoso, sexismo y discriminación laboral son comunes. El argumento, visto así, es sólido.
Más que inmoral u ofensiva, la tecnología orientada a la intimidad y el placer debe verse como una respuesta a una necesidad que es básica y que por más que se quiera no va a desaparecer ni dejará de ser visible. Si hoy tenemos una sociedad obsesionada con la pornografía, el exhibicionismo y lo “kinky” se debe precisamente a que por demasiado tiempo el tema ha sido tratado como tabú, dando lugar a mitos e ignorancia.
El catálogo de innovaciones que va por esta línea es amplio e incluye propuestas tan intrigantes como OhRoma, un componente de olor para una experiencia sensorial completa de realidad virtual pornográfica. y así como Osé se han visto igualmente “masajeadores” para hombres, porque se trata de una actividad en la que todos participan de alguna forma u otra.
ACTUALIZACION: El 8 de mayo de 2019, tras meses de controversia, la CTA ha decidido devolver el premio a Lora DiCarlo y ha prometido además cambios en CES, sin entrar en detalles al respecto.